miércoles, 1 de agosto de 2012

Dicen que para pendejo no se estudia se nace.


Estos dos hombres rusos en vez de utilizar caña y carrete para pescar, como la mayoría de los mortales, han decidido probar algo más fuerte. Nada más y nada menos que una granada de mano. Una práctica totalmente prohibida y muy peligrosa. Una inconsciencia y una estupidez que casi acaba en tragedia.
El hombre de detrás es quien se encarga de soltar la granada. La suelta demasiado tarde y nada más entrar en contacto con el agua, estalla. Los hombres no resultaron heridos de gravedad pero nada mas piensa la pendejez de ellos.